La fiebre es un aumento temporal de la temperatura del cuerpo que normalmente es provocado por una enfermedad o estado de salud específico. Algunos ejemplos comunes son:
- Ciertas enfermedades inflamatorias (como la apendicitis o la artritis reumatoide).
- Infecciones bacterianas (como la tuberculosis o la amigdalitis estreptocócica).
- Virus (como la varicela o el resfriado común).
- Tumores malignos.
No obstante, también existen otros factores que pueden provocar fiebre, tales como:
- Algunos medicamentos, como efecto secundario. Sobre todo, los antibióticos y aquellos indicados para tratar la presión arterial alta y las convulsiones.
- Insolación o agotamiento, ya sea por temperaturas altas o por la realización de ejercicio extenuante prolongado.
- Abstinencia alcohólica (se produce cuando se detiene el consumo de alcohol repentinamente después de un largo periodo de ingesta excesiva).
- Abuso en el consumo de anfetaminas (drogas estimulantes muy adictivas).
- Sobreexposición de la piel a la luz solar o quemaduras solares.
- Algunas vacunas como efecto secundario.
- Deshidratación.
Sea cual sea la causa, siempre es importante tener en cuenta que la fiebre es un indicador de que algo anormal está sucediendo en el cuerpo. Pero, ¿cómo puede detectarse la fiebre? Primero que nada, tienes que saber que lo que para ti puede ser una temperatura normal, para otros puede resultar elevada. Por lo que es indispensable utilizar un termómetro para medirla y no dejarse llevar simplemente por el tacto. La temperatura corporal considerada “normal” se encuentra entre los 36’4ºC y 37’2ºC, aunque puede variar y ser un poco menos de acuerdo a cada persona, recuerda que cada organismo es diferente. Cuando el cuerpo sobrepasa esta temperatura nos encontramos frente a un indicador de que algo no anda bien en el organismo: febrícula (hasta 37’5ºC), fiebre (a partir de los 38ºC) y fiebre de urgencia (a partir de los 40ºC). Además del evidente aumento de la temperatura corporal, la fiebre puede causar otros síntomas. Aquí te presentamos algunos de ellos:1

- Falta o disminución del apetito
- Escalofríos y temblores
- Fatiga y debilidad
- Dolor de cabeza
- Dolor muscular.
- Deshidratación
- Sudoración
- Irritabilidad
Existen algunos métodos caseros que puedes aplicar para evitar que el calor corporal siga incrementando y, de esta manera, poco a poco ir aliviando la fiebre: 2
-Retirar algunas prendas o por completo la ropa.
-Realizar baños de agua templada.
-Beber abundantes líquidos.
Sin embargo, la máxima recomendación es acudir con tu médico de confianza para que proporcione los medicamentos para la fiebre adecuados y, sobre todo, diagnostique y trate la causa principal de esta. Además, hay situaciones específicas en las que, por distintas razones, es indispensable contactar lo más pronto posible con un doctor, ya que puede ser un caso de fiebre grave o peligrosa.
Los casos graves de fiebre también pueden causar, de manera general: somnolencia excesiva, flujo vaginal inusual, dolor al orinar, vómitos y hasta convulsiones.
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Fuentes de referencia: